Unos días después, con algo de tiempo para reflexionar sobre el desarrollo del proyecto y el grado de consecución de los objetivos planificados, ha llegado el momento de realizar una evaluación global del mismo.
Lo primero que me gustaría señalar es que hemos quedado bastante satisfechos con esta nueva experiencia. ¿Mejorable? Seguro que sí. Poco a poco vamos aprendiendo, tanto los alumnos como nosotros, a trabajar con esta metodología. Echando la vista atrás, desde el primer proyecto que realizamos el curso pasado hasta este que terminamos ahora mismo, hemos evolucionado bastante en casi todos los aspectos. Tenemos la gran suerte de contar con el asesoramiento de dos expertas que nos están corrigiendo y guiando hacia la mejora tras la implantación de cada nueva experiencia. Esta ayuda es muy de agradecer, porque nos proporciona el feed back necesario para crecer y pulir aquellos defectos que todavía seguimos teniendo. De todos modos, creo que no hace falta esperar a que nadie nos diga nada para detectar posibles mejoras. Ahí van.
1.- La implicación del alumnado todavía está limitada a la elección del tema y las "mini-preguntas". Me gustaría aumentar su participación, que nos ayudaran a realizar el diagrama, que propongan actividades...
2.- Temporalización: hemos establecido un período de cinco días, y así hemos venido realizando en los tres proyectos. Creo que es momento de dar un paso más y dotar a los proyectos de algo de flexibilidad también en este sentido. No es fácil si se quiere implicar a los especialistas y romper horarios, pero hay que intentarlo.
3.- Estamos realizando actividades muy apropiadas, tanto en número como en contenido, pero corremos el peligro de establecer una serie de tareas "estándar" para los proyectos, de tal modo que da igual cual sea el tema, las actividades siempre serán las mismas. Sinceramente, no me gustaría para nada que eso sucediera.
4.- Concreción de la evaluación. Aunque se evalúan muchas actividades y se aprovecha el proyecto para trabajar una serie de habilidades distintas a las que se practican más con el libro de texto, todavía no estoy plenamente satisfecho con este proceso.
5.- Información y participación de las familias: percibo que todavía, en muchos casos, se concibe este tiempo como algo similar a una "semana cultural" o, en el peor de los casos, un periodo en el que "no estamos haciendo nada". En el momento en que no se tiene nada de "deberes" para casa, o exámenes escritos que estudiar, se tiene la sensación de perder el tiempo. Hay que trabajar mucho todavía con las familias.
6.- Elección del tema: todo el centro estamos trabajando por proyectos al mismo tiempo desde el curso pasado. Esta es la tercera experiencia. Nos esforzamos por hacer actividades atractivas, y esto, paradójicamente, se está convirtiendo en un condicionante para la elección del tema, ya que los alumnos ven lo que hacen sus compañeros del colegio, y ya hablan de elegir ese tema en el próximo proyecto, con tal de hacer una actividad que les ha gustado. Esto puede suponer un problema, y tendré que anticiparme a él (no sé todavía cómo) ya que se pierde uno de los pilares de cualquier proyecto, que surja de los intereses del alumno.
En todo caso, la vuelta la rutina y al libro de texto me ha hecho valorar todavía mucho más la metodología del aprendizaje basado en proyectos. Los alumnos aprenden más y mejor, y tanto ellos como yo disfrutamos más del aprendizaje.
EVALUANDO EL PROYECTO by Enrique Peidro is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.
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