Primero: dada la rabiosa vigencia de este documento, debería ser una lectura obligada para todos los docentes del país. Y no me refiero a una obligación impuesta por nadie, simplemente por ética profesional e interés por estar al tanto de un debate de actualidad sobre educación que a todos interesa. ¿Cuántos lo habrán leído ya? ¿Cuántos tienen intención de hacerlo? Siento confesar esto, pero no soy demasiado optimista al respecto.
Segundo: las reacciones no se han hecho esperar. Como era de prever, los medios de comunicación se han hecho eco únicamente de aquello que les interesaba, con interés manipulativo, de una manera sesgada y partidista. Y obviamente, muchos sindicatos y una buena parte de la opinión pública en general se han puesto ya en contra.
En cualquier caso, supone una interesante lectura, que de nuevo recomiendo a todos los profesionales de la enseñanza. Desde el siguiente enlace lo podéis descargar:
LIBRO BLANCO DE LA EDUCACIÓN
Tranquilos. No es demasiado extenso (unas 90 páginas), y para nada técnico, por lo que su lectura resulta sencilla. Se podría leer en un par de días, pero yo recomiendo no precipitarse, sino leer un capítulo, parar y madurar lo que nos propone, reflexionar sobre ello, crearnos nuestra propia opinión, etc. Así lo he hecho yo, y en esta entrada del blog he plasmado mis impresiones y comentarios sobre lo leído.
1.- Introducción:
Lo que más me gusta de esta parte de la obra es la filosofía que transmite y la voluntad que muestra de aunar, en lugar de confrontar y separar, como está tan de moda hoy en día. Destaco que los autores proponen un "pacto social por la educación", lo cual va más allá del simple "pacto educativo" del que tanto se habla en algunos sectores. Así se refleja en el propio documento: "
Nos parece conveniente que la
sociedad conozca mejor el mundo educativo, que tanto va a influir en su vida, para que
esté dispuesta a colaborar con él. Necesitamos un PACTO SOCIAL por la educación, que
impulse un pacto político, y los autores desearíamos contribuir a crear el clima necesario
para conseguirlo".
El segundo punto que destacaría de esta introducción e la siguiente cita: "
Este documento se titula Libro Blanco sobre la profesión docente y su entorno. Se
menciona la “profesión docente” y no la “función docente”, porque en España hay
193.273 docentes no funcionarios, cuya situación y futuro deben tratarse en estas páginas". Éste es el espíritu que me gustaría a mí encontrar en la sociedad, en los partidos políticos, en los medios de comunicación e, incluso, entre los propios docentes. Basta con darse una vuelta por Twitter para percibir justo todo lo contrario, una crispación y enfrentamiento entre algunos profesionales de la escuela pública y la concertada que, para nada, beneficia a ninguno de ellos, ni al conjunto del sistema educativo de nuestro país.
Tan solo una única crítica a esta introducción. Para mi gusto, hay un exceso de citas y referencias bibliográficas que dificultan un poco la lectura. Pero, por otra parte, esto también demuestra un dominio del tema por parte de los autores y que se han tomado el encargo con mucha seriedad.
2.- Primera parte: los docentes y la transformación del sistema educativo:
Este apartado consta de cinco capítulos, en los que se plasman una serie de planteamientos y reflexiones de los propios autores. Destaco el tercer capítulo, "El estudio de las competencias del profesorado para el cambio educativo". En él se desarrollan las habilidades que el profesorado del siglo XXI debería tener para promover un cambio efectivo y real del modelo de escuela. Detalla diez competencias, indiscutibles todas ellas. Según mi opinión, esto debería ser la base de cualquier programa de formación inicial del profesorado, e incluso ahora mismo debería estar en mano de las direcciones de todos los centros para tratar de impulsarlas entre los docentes que allí trabajan. En caso de que no sea así, cada cual, individualmente, debería tratar de autoevaluarse, detectar sus aspectos de mejora y formarse en ellos para mejorar su práctica docente. Éticamente hablando, esto sería lo ideal, pero dudo mucho que vaya a ser realidad.
En este apartado, me resulta especialmente interesante la parte que dedica a realizar propuestas concretas de actuación. Las mismas están secuenciadas, desde el propio profesorado, pasando por las direcciones de los centros. Destacaría la quinta propuesta, consistente en la creación de un "Consejo Pedagógico del Estado". Me parece que sería algo positivo, aunque los autores no profundizan aquí en aspectos tan importantes como su composición, renovación y funcionamiento. Si ese "Consejo" tiene que depender directamente del gobierno de turno o es un organismo autónomo e independiente, ahí está la clave del éxito del mismo. Supongo que si esta iniciativa va para adelante, entonces será el momento de definir y concretar más aspectos sobre el mismo.
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3.- Segunda parte: la profesión docente
¡Me gusta cómo está planteada esta parte! Aunque no tengo tan claro que al funcionariado de la red de escuelas públicas también les guste, porque hay ciertos matices por los que pueden sentirse menospreciados. Poco tengo que comentar acerca de este capítulo, tan solo que estoy plenamente de acuerdo en todos sus preceptos. Las primeras partes son un análisis de la situación actual, tanto en España como en otros países del mundo. Sin embargo, recomiendo la lectura y análisis detallado de su apartado 5, titulado "una propuesta de reforma de la formación del profesorado". Resulta evidente que, tal y como está llevándose a cabo actualmente, es insuficiente. Esta propuesta me parece sensata, y sobre todo, factible.
También resulta muy interesante la propuesta que se realiza en el siguiente apartado, sobre la creación de Centros Superiores de Formación del Profesorado. El gran problema que le veo a todo esto, es la gran inversión inicial que pueda suponer. No sé si la clase política que nos gobierna estará dispuesta a ello.
4.- Tercera parte: evaluación, dirección, orientación, inspección
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Este capítulo me ha resultado menos interesante, aunque también aporta datos significativos. Destacaría la propuesta de creación de nuevos puestos docentes a cubrir en todos los centros, entre los cuales estaría la figura de un bibliotecario, un educador social y un experto en TIC. No sé si resulta factible, pero no me podéis negar que positivo sí que sería.
5.- Cuarta parte: la carrera docente.
Uno de los capítulos más interesantes de este Libro Blanco. Leo lo que plantean los autores y se me llenan los ojos de lágrimas de la emoción. Ahora bien, soy consciente de las enormes dificultades que ello plantearía. No os voy a desvelar cuáles son esos planteamientos, tan solo os avanzo que las propuestas que aparecen al final del capítulo son concretas y, para nada, utópicas.
6.- Quinta parte: cómo gestionar el cambio educativo
Quiero destacar un párrafo que considero muy significativo:
"Cuando hablamos de la necesidad de un Pacto de Estado sobre educación olvidamos que no provoca efectos automáticos y milagrosos. Que es sólo un marco de estabilidad para poder empezar a trabajar, pero que hay que hacerlo. En su libro “La micropolítica de la escuela. Hacia una teoría de la organización escolar”, Stephen J. Ball llama la atención sobre la dificultad de conseguir un consenso incluso dentro o de la escuela. “Diferentes ideologías y políticas llevan a los profesores a abordar su tarea de diferente manera, prácticamente toda las cuestiones relacionadas con la organización y la enseñanza de los alumnos, las estructuras de los currículos, las relaciones de profesores y alumnos y las normas de toma de decisiones en las instituciones tienen base ideológica” . Este puede ser Otro obstáculo más para el cambio".
Creo que con ese párrafo los autores demuestran a la perfección que son conscientes de dónde se meten. Que no será fácil, pero que tampoco es utópico. Ojalá salga adelante la propuesta, que el debate se instale en todos los colegios y el gobierno termine por crear un documento único y global para todos los centros.
Permitidme que lo dude.
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