lunes, 12 de octubre de 2015

DALE LA VUELTA A TU CLASE (Jonathan Bergmann y Aaron Sams)


Haber empezado hace muy pocos días el curso del INTEF me motivó a comprar y leer este libro escrito por dos autores americanos, impulsores de la técnica conocida como "Flipped Teaching". Y tal y como he hecho en otras ocasiones, estoy encantado de compartir aquí con todos vosotros mi opinión acerca del libro, así como las reflexiones que me suscita sobre la metodología.

En primer lugar, debo deciros que se trata de una obra muy corta, exactamente consta de 109 páginas, que se podría leer perfectamente "de una sentada". Yo, sin embargo, no lo he hecho así. He preferido alargarme un poco más en el tiempo pero "saborear" cada uno de sus capítulos, leerlos y releerlos, subrayar aquellas apreciaciones que me parecían más importante y anotar en un cuaderno las reflexiones y dudas que me surgían a través de sus páginas. Y, así y todo, apenas he tardado una semana en terminarlo. 

La primera conclusión a la que he llegado (no sé si errónea, espero descubrirlo en algún momento de mi vida) es que el concepto de "Flipped Classroom" que yo tenía estaba equivocado. Había oído hablar de ella, y pensaba que se refería a un planteamiento de las sesiones docentes en las que los alumnos veían en casa un vídeo y en clase se realizaban unas actividades acerca del mismo. Pero es mucho más que eso. Darle la vuelta a la clase no se limita a ver un vídeo, sino que hace referencia a un cambio mucho más importante: conseguir que el agente sobre el que se centra la atención en el aprendizaje de los chavales no sea el maestro, sino el propio proceso de aprendizaje. Y eso se puede basar en el visionado de algún vídeo en casa o no.

Una de mis mayores dudas / preocupaciones a la hora de decidirme a probar este modelo de enseñanza en mi aula era cómo generar mis propios vídeos. Soy una persona inquieta, me gusta probar y descubrir apps y tecnología en general, pero no me veo preparado para grabar y editar vídeos. No sé cómo hacerlo, ni tampoco sé si servirán para el propósito de enseñar. Pero este libro también me ha ayudado a resolver esta duda: no tengo porqué hacerlo yo mismo. Ya hay mucho material disponible de otros profesores en la red que se puede usar gratuitamente. Por tanto, esta será mi opción inicial. Espero que el curso sobre la metodología que estoy empezando me ayude a encontrar y seleccionar este material, para así poder diseñar una primera y única experiencia de "Flipped Teaching" que pueda implementar en mi aula de 6º de Primaria este curso. Y a partir de la evaluación que realice, veremos...

Otra de las dudas que me surgía con respecto a esta metodología era cómo salvar la brecha digital que todavía hoy día existe entre nuestro alumnado. También la lectura del libro me dio la solución. En principio, la práctica más extendida es colgar los vídeos en Internet para que los alumnos accedan a ellos en sus casas, pero existe otra posibilidad muy sencilla para facilitar su visionado a aquellos que no tengan conexión en sus hogares: copiárselos en un pendrive o grabar un DVD que se puedan llevar a casa. ¿Es posible que haya alumnos que no tengan ordenador en casa? En algunos contextos particulares, puede que sí. En mi caso, no.

Y, ¿cómo sé que todos han visto el vídeo en sus casas cuando tenían que hacerlo? Ésta era otra de mis preocupaciones, y la solución que proponen los autores también me convence. Es tan sencillo como pedir a los alumnos que tomen apuntes sobre lo que han visto (aquí proponen el método Cornell, que no conocía, pero sobre el que profundizaré algún día) y, por otra parte, que preparen una pregunta que les suscite el visionado. La única condición que debe tener esa pregunta es que no deben conocer la respuesta. Así pues, otra pega salvada. Van quedando menos excusas para "lanzarse a la piscina"...

De todos modos, todavía hay cosas que me generan dudas. La mayor de ellas es cómo conseguir que realmente la clase del revés sea una metodología que permita la individualización del aprendizaje y que cada cual pueda seguir sus ritmos e intereses. Si propongo el visionado de un mismo vídeo para todo el mundo, con el mismo plazo temporal y con la realización de una misma tarea en clase, estoy perdiendo esta potencialidad. Supongo que la solución pasa por dar a conocer de antemano los objetivos de aprendizaje, proponer varios vídeos y también varias tareas. De esta forma sí sería posible respetar el ritmo de cada alumno, individualizar sus aprendizajes y que tengan la posibilidad de volver atrás y repetir alguna actividad cuando no se consiga alcanzar los objetivos previstos.

Y mi última gran duda es qué tipo de tareas puedo proponer. Aquí el libro no me aclara demasiado este problema, porque sus autores son profesores de Ciencias, deduzco que de un instituto, y proponen muchos experimentos de laboratorio que no son exportables ni a la etapa educativa en la que trabajo, ni al contexto en el que lo hago, ni a varias de las asignaturas que imparto. No quisiera que las tareas se limiten a la realización de actividades escritas como las que se nos proponen en un libro de texto. En este aspecto, espero que a medida que vaya avanzando en la formación online pueda ir descubriendo diversas posibilidades.

Ya para finalizar, comentar un aspecto importante con respecto a los vídeos. Su duración no debería exceder los 15 minutos en ningún caso, y los autores nos recomiendan desglosar los objetivos para poder hacer vídeos cortos, de unos 5 minutos. Un buen criterio éste para la selección de materiales.

Y ahora... ¡manos a la obra! Es hora de diseñar alguna experiencia real de aplicación en el aula. Ya os iré contando.


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