En esta tercera fase de diseño de un proyecto, descubro un nuevo concepto en el ámbito educativo: "artefacto". Llegados a este punto, se trata de incluir qué herramientas TIC pueden añadir valor al mismo, pero desde una base muy importante: las TIC no son un fin, sino un medio. Por ello, en primer lugar es muy importante definir qué actividades vamos a realizar para propiciar el aprendizaje; en segundo lugar, concretaremos qué "artefacto" va a producir esa actividad. Es decir, llamaremos artefacto a un producto final elaborado por el alumnado tras esa actividad, visible y evaluable. Y, por último, pensaremos qué herramientas podemos proporcionar al alumnado para que realicen esa actividad y elaboren ese artefacto.
Por tanto, el siguiente paso a dar para el diseño definitivo del proyecto consiste en enumerar las actividades que se van a realizar a lo largo del mismo, y relacionarlas con el artefacto que producen y con las herramientas que se utilizarán para ello. En la siguiente tabla se desarrolla todo lo que se va a realizar en la fase de desarrollo, ya que es la que recae sobre el alumnado, y por tanto, en la que ha puesto un mayor acento:
También he realizado una sencilla infografía, a través de la cual pretendo resumir las herramientas TIC que voy a usar a lo largo de todo el proyecto. En este caso, sí que he incluido la fase inicial de diseño, y la fase final de difusión:
Y ahora... ¡es un buen momento para revisar el prototipo de proyecto! Este tercer momento me ha servido para madurar más la propuesta inicial que hice, la cual quedaba de la siguiente forma:
Así pues, ha llegado el momento de ser crítico y tratar de mejorar el proyecto. Fundamentalmente, los puntos débiles del mismo los encuentro en la fase de desarrollo y en el producto final, ya que, después de darle varias vueltas al mismo, he introducido diversos cambios que, pienso, pueden ayudar a enriquecerlo. De este modo, el prototipo del proyecto quedaría de la siguiente forma:
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