* Imagen tomada de la web alinguistico.blogspot.com.es
Con la publicación en el BOE, el pasado 28 de febrero, del Real Decreto 126/2014 por el que se establece el currículo básico de la Educación Primaria (BOE.pdf) se despejaba una de las incógnitas que venían circulando por los claustros de los colegios desde hace unos años, prácticamente desde el comienzo de la implantación de la LOE. Esto de las competencias básicas... ¿no sería una moda pasajera? ¿Qué iba a pasar con ellas cuando hubiera cambio de gobierno y, por consiguiente, cambio de ley? De hecho, esta duda (razonable, por otra parte) se convirtió en el gran argumento esgrimido por aquellos docentes más reacios a los cambios para no modificar demasiado las programaciones, y seguir impartiendo sus clases según el modelo tradicional de escuela, en el que tan cómodamente instalados se encuentran algunos maestros. Apostaría algo a que a muchos de los que estáis leyendo esta pequeña reflexión os suena esta situación: "¿Porqué hay que programar por competencias?". "¿Para qué vamos a hacer todo ese "trabajazo"?, si cuando cambie el gobierno lo que hagamos ahora igual ya no nos sirve para nada". "No vale la pena hacer nada, primero que se aclaren ellos (refiriéndose a los políticos) y luego, ya veremos"....
En vista del nuevo diseño curricular propuesto por el Ministerio de Educación para la etapa de Primaria, parece que sí que habrá que tomarse en serio esto de las competencias básicas... Personalmente, tenía pocas dudas acerca de su continuidad, ya que las celebérrimas pruebas PISA se basan en competencias, y es una corriente pedagógica que se está asentando con bastante éxito en toda Europa. Pero, claro, hasta que no lo he visto por escrito...
En todo caso, no solamente es que el nuevo currículo apueste por la continuidad de las Competencias Básicas, sino que les otorga un papel absolutamente preponderante en el texto. Ya en primer párrafo del mismo señala que "el currículo estará integrado por los objetivos de cada enseñanza y etapa educativa; las competencias, o capacidades para activar y aplicar de forma integrada los contenidos propios de cada enseñanza y etapa educativa, para lograr la realización adecuada de actividades y la resolución eficaz de problemas complejos, los contenidos, o conjuntos de conocimientos, habilidades, destrezas y actitudes que contribuyen al logro de los objetivos de cada enseñanza y etapa educativa y a la adquisición de competencias". No solamente es que las competencias forman parte del currículo, sino que, por si acaso a alguien todavía no le quedaba claro qué son, nos las define. Unas líneas más adelante encontramos lo siguiente:
" En línea con la Recomendación 2006/962/EC, del Parlamento Europeo y del Consejo, de 18 de diciembre de 2006, sobre las competencias clave para el aprendizaje permanente, este real decreto se basa en la potenciación del aprendizaje por competencias, integradas en los elementos curriculares para propiciar una renovación en la práctica docente y en el proceso de enseñanza y aprendizaje. Se proponen nuevos enfoques en el aprendizaje y evaluación, que han de suponer un importante cambio en las tareas que han de resolver los alumnos y planteamientos metodológicos innovadores. La competencia supone una combinación de habilidades prácticas, conocimientos, motivación, valores éticos, actitudes, emociones, y otros componentes sociales y de comportamiento que se movilizan conjuntamente para lograr una acción eficaz. Se contemplan, pues, como conocimiento en la práctica, un conocimiento adquirido a través de la participación activa en prácticas sociales que, como tales, se pueden desarrollar tanto en el contexto educativo formal, a través del currículo, como en los contextos educativos no formales e informales. Las competencias, por tanto, se conceptualizan como un «saber hacer» que se aplica a una diversidad de contextos académicos, sociales y profesionales. Para que la transferencia a distintos contextos sea posible resulta indispensable una comprensión del conocimiento presente en las competencias, y la vinculación de éste con las habilidades prácticas o destrezas que las integran. El aprendizaje por competencias favorece los propios procesos de aprendizaje y la motivación por aprender, debido a la fuerte interrelación entre sus componentes: el concepto se aprende de forma conjunta al procedimiento de aprender dicho concepto . Se adopta la denominación de las competencias clave definidas por la Unión Europea. Se considera que «las competencias clave son aquellas que todas las personas precisan para su realización y desarrollo personal, así como para la ciudadanía activa, la inclusión social y el empleo». Se identifican siete competencias clave esenciales para el bienestar de las sociedades europeas, el crecimiento económico y la innovación, y se describen los conocimientos, las capacidades y las actitudes esenciales vinculadas a cada una de ellas. El rol del docente es fundamental, pues debe ser capaz de diseñar tareas o situaciones de aprendizaje que posibiliten la resolución de problemas, la aplicación de los conocimientos aprendidos y la promoción de la actividad de los estudiantes". (Los subrayados son míos, para destacar algunas cuestiones que me parecen fundamentales).
¿Queda claro, entonces? Por si alguien todavía está dispuesto a poner excusas para no programar el currículo por competencias, todavía en el preámbulo nos avisa que "el contenido de esta norma será completado con la integración de las competencias en el currículo que debe promover el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, según la disposición adicional trigésimo quinta de la Ley 2/2006, de 3 de mayo, introducida por la Ley 8/2013, de 9 de diciembre, a través de la adecuada descripción de las relaciones entre las competencias y los contenidos y criterios de evaluación de las diferentes enseñanzas, con atención prioritaria al currículo de la enseñanza básica". Habrá que esperar un poco a ver que nos depara esa nueva norma...
Por tanto, ¿todo queda igual? En principio, ni en la LOMCE ni en el decreto del Currículo se deroga el Anexo 1 de la LOE, en el que se describían las 8 competencias básicas, y en qué consistía cada una de ellas. Supongo, por tanto, que ese Anexo seguirá siendo nuestra documentación de referencia a la hora de entender qué se espera de un alumno para que sea competente en cada una de ellas.
Sin embargo, imagino yo que la tentación del gobierno de turno de dejar "su huella" era demasiado grande. Dejarlo todo tal y como estaba hubiera sido demasiado simple, así que nos encontramos con que el currículo que establece la LOMCE determina que hay 7 competencias básicas. ¿Qué ha pasado aquí? ¿Ha desaparecido una? Lo mejor será detenerse unos segundos a ver la siguiente infografía, donde comparo las competencias básicas en una y otra ley:
Básicamente, ¿qué es lo que observamos? Pues que los cambios que se proponen no son sustanciales, aunque podemos hacer las siguientes apreciaciones:
1.- A priori, la nueva "competencia matemática y competencias básicas en ciencia y tecnología" integra las competencias de la LOE llamadas "competencia matemática" y "competencia en el conocimiento y la interacción con el medio físico". De todos modos, faltaría ver cómo se define en los desarrollos que están todavía por venir.
2.- Es de suponer que la "competencia digital" llevará implícitos en sus descriptores el tratamiento de la información, pero veremos también que pasa.
3.- Cambio de "competencia social y ciudadana" por "competencias sociales y cívicas". ¿Un simple cambio de nombre? ¿O acarreará algo más?
4.- Lo mismo ocurre con la "autonomía e iniciativa personal", que es sustituida por "sentido de iniciativa y espíritu emprendedor". Aunque en este caso, a falta de su definición, me parece que el cambio de nombre puede anunciar también un cambio de perspectiva.
5. Y el último cambio de nombre (¿será solo de nombre?) lo encontramos con la "conciencia y expresiones culturales", que viene a sustituir a la "competencia cultural y artística".
Además de éstas, muchos centros privados y concertados de carácter religioso añadían una última competencia, la "espiritual" (u otras variantes de nomenclatura), que, cabe suponer mantendrán en la nueva definición de competencias, ya que el decreto no especifica nada en contra de ello.
Me surge una duda importante en relación a las evaluaciones externas que promueve la LOMCE y la aplicación de las competencias básicas. En el artículo 12, punto 3 dice que "los centros docentes realizarán una evaluación individualizada a todos los alumnos y alumnas al finalizar el tercer curso de Educación Primaria, según dispongan las Administraciones educativas, en la que se comprobará el grado de dominio de las destrezas, capacidades y habilidades en expresión y comprensión oral y escrita, cálculo y resolución de problemas en relación con el grado de adquisición de la competencia en comunicación lingüística y de la competencia matemática". Y en el mismo artículo, pero en el punto 4, añade que "al finalizar el sexto curso de Educación Primaria se realizará una evaluación final individualizada a todos los alumnos y alumnas, en la que se comprobará el grado de adquisición de la competencia en Comunicación lingüística, de la Competencia matemática y de las Competencias básicas en ciencia y tecnología, así como el logro de los objetivos de la etapa". ¿Qué pasa entonces con las competencias básicas que no se evalúan en estas pruebas? Es de suponer que la evaluación de las mismas formará parte del proceso sistemático de los centros, pero ¿en qué medida corren riesgo de quedar en un segundo plano? Dando por supuesto que nadie va a querer salir mal parado en estas evaluaciones externos, es lógico pensar que se va a poner especial hincapié en el trabajo de las competencias que vayan a formar parte de nuestros informes, sobre todo, de los que se van a ver cara al exterior. Esperemos que al resto de competencias no se les aplique esa máxima que dice que "lo que no se evalúa, se devalúa".
Con esto termino mi breve repaso a la historia de las competencias básicas en nuestro país y a su evolución en la legislación educativa de nuestro país. Y, si breve es su recorrido, me temo que también su implantación en nuestras aulas es, de momento, bastante minoritaria. En un primer momento, se salvó la situación incluyendo en las planillas de las programaciones un cuadro que decía algo así como "en esta unidad se trabaja la competencia lingüística y la de aprender a aprender" (gentileza de las editoriales). Sin embargo, gracias a las posibilidades de compartir experiencias y recursos que nos ofrece Internet, también hemos podido comprobar cómo, en muchos centros, sí se ha avanzado en su implantación y se han diseñado e implementado magníficos avances en este campo.
Ahora, con el empujón que puede suponer este decreto de currículo para la etapa de Primaria, lo tenemos todo a favor para implantar definitivamente las competencias básicas en nuestros colegios. El trabajo no será sencillo, claro está. Habrá quien siga encontrando excusas para no hacerlo, y muchas de ellas son muy razonables: falta de tiempo para diseñar todo un currículo, escasa preparación del profesorado, reticencia a eliminar los libros de texto... Por contra, el trabajo en red que nos posibilita Internet, nos permite investigar, buscar recursos, seleccionar lo que más nos conviene. Por suerte, hoy día existe todo un abanico de metodologías que favorecen el trabajo y la evaluación de las competencias básicas: el Aprendizaje Basado en Proyectos, el "Mobile Learning", the Flipped Classroom, eTwinning... En todo esto, hay una competencia básica que, para mí, resulta absolutamente fundamental, y ésta no es otra sino "aprender a aprender". Yo la considero primordial, creo que es el pilar fundamental sobre el que se tiene que sostener todo el proceso de aprendizaje y crecimiento del alumno. Si esta competencia está bien trabajada, nuestros alumnos tendrán más posibilidades de adaptarse con éxito a un futuro todavía hoy incierto y que está por construirse. Curiosamente, las evaluaciones externas no contemplan valorar los progresos del alumnado en esta competencia. ¡Qué lástima!
En conclusión, creo que hay que aprovechar esta oportunidad y apostar decididamente por un nuevo modelo de escuela que conecte más con los intereses y motivaciones de nuestro alumnado. Éste puede ser un buen momento. No lo dejemos escapar.
Interesantísimo el contenido, no obstante, poco se comenta acerca de educar en el sentido de lo comunitario, el liderazgo social y las acciones en pro del bien común o lo colectivo. Se lo podemos agregar?.
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