domingo, 21 de diciembre de 2014

SÍ, HACE FALTA UN CAMBIO (¡y qué lejos estamos de conseguirlo!)



Termina el primer trimestre del curso 14-15, y termina también el año. Un 2014 del que hago un balance positivo a todos los niveles, tanto personal como profesional. Pienso que en este último ámbito he realizado algunos avances interesantes para favorecer un cambio de modelo de enseñanza que estoy cada día más convencido que es necesario llevar a cabo.

Todo empezó en un MOOC, concretamente el de Entornos Personales de Aprendizaje, que me ayudó mucho a crear una red sólida de contacto con otros profesionales de la docencia, con quienes comparto experiencias e inquietudes. Y gracias a estos compañeros he podido acceder a una serie de recursos y artículos que me han posibilitado una reflexión documentada y contrastada acerca de mi propia práctica docente, la cual, a su vez, me ha servido para formarme mis propias opiniones y a defenderlas con argumentos veraces y datos fiables.

También este mismo blog me ha ayudado mucho a crecer, a compartir mis pensamientos e intercambiar opiniones. Cada entrada que he escrito en este sitio, ha estado precedida por una labor de documentación, lectura y reflexión acerca de qué quiero expresar y cómo quiero hacerlo. Y he alcanzado un número de visitas que nunca hubiera imaginado...

¿Y todo esto ha servido para cambiar en algo mi práctica docente? Quiero pensar que sí, porque ya he podido implantar algunas metodologías nuevas, e introducir pequeños cambios en el aula que favorezcan este cambio de modelo pedagógico que vengo pregonando desde hace un tiempo. Sin embargo, estoy todavía lejos de alcanzar el punto que deseo, pues todavía uso con demasiada frecuencia el libro de texto, aun sigo realizando demasiados exámenes ordinarios en el aula, y los conceptos siguen teniendo un peso porcentual muy grande en la ponderación de las calificaciones de mis alumnos. Por lo menos, me queda el consuelo de que soy consciente de ello y voy dando pequeños pasos para ir cambiando estos viejos modos por otros más modernos. Despacio, pero sin pausa.

Sin embargo, no hay nada mejor que acudir a un par de sesiones de evaluación para darse cuenta de lo lejos que estamos de mejorar a un nivel más general. Es cierto que hay pequeñas experiencias (como las mías), pero suelen surgir de la inquietud individual de una serie de profesionales serios y responsables, que se preocupan por cambiar la forma de impartir las clases en sus aulas particulares. Pero estas experiencias, a pesar de que que suelen compartirse en jornadas de intercambios de buenas prácticas, etc. no suelen generalizarse.

Me resulta descorazonador comprobar cómo en las escuelas, en los escasos momentos que se dan para la reflexión conjunta, todavía se sigue discutiendo sobre la conveniencia de seguir a rajatabla el libro de texto; dudar si, por el hecho de trabajar un determinado tema de un modo competencial, sin terminarlo con un examen escrito que evalúe los conceptos, conllevará que el alumnado haya adquirido o no los contenidos trabajados; plantear, por enésima vez, que el apocalipsis está a punto de llegar por el hecho de que niños, en 1º de Primaria, no lean en mayúsculas y minúsculas correctamente al finalizar el primer trimestre de este curso...

Y no es que estos sean planteamientos superficiales. Resultan una clara muestra de que todavía no se han superado ciertas tendencias propias de la enseñanza academicista de siglos anteriores, y que el convencimiento de la necesidad de replantearse el modelo de enseñanza para adaptarlo a las necesidades presentes, pero sobre todo futuras, de nuestro alumnado no se ha realizado a un nivel global entre todos los docentes que trabajan en nuestras escuelas. Curiosamente, la mayoría de estos maestros que plantean tales dudas no han realizado un solo curso de formación en años, salvo aquellas jornadas de formación interna que se organizan en sus propios centros, generalmente de un solo día de duración y que no implican mayor reflexión, y muchísimo menos, posterior puesta en práctica. Con lo fácil y cómodo que es realizar hoy en día cursos on line...

En fin, allá cada uno. Yo, por mi parte, pienso seguir formándome durante este año 2015 en el que estamos a punto de entrar. Y pienso seguir implantando todo aquello que aprenda en mi aula, con mis alumnos. Porque veo que aprenden. Y compruebo que disfrutan aprendiendo. Y, además, lo compartiré con mis compañeros en el centro, y con vosotros en el blog, porque tengo la esperanza de que, con mi experiencia, convenceré a alguien para que se suba al carro del cambio antes o después.

Feliz año 2015 a todos.

1 comentario:

  1. Yo también me uno a ese cambio pero desgraciadamente en un gran número de los centros es imposible proceder a ese camino que sin duda nos llevaría a una mejora de la educación, lo que me lleva a pensar en que no interesa lo más mínimo.

    Yo persigo formarme para seguir mejorando...

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