martes, 20 de enero de 2015

TUTORÍAS INDIVIDUALES CON FAMILIAS (I): LA PREPARACIÓN

                                                           * Imagen tomada de enlace

Una parte importante de la tarea docente consiste en mantener una relación fluida con las familias de nuestro alumnado. Sin embargo, la formación inicial del profesorado no contempla ningún tipo de preparación específica para ello, por lo que llegamos a los colegios con una carencia absoluta en este ámbito. Además, los centros (o, al menos, algunos de ellos) tampoco disponen de ningún tipo de guía que facilite al tutor una serie de orientaciones acerca de cómo afrontar la relación con las familias, particularmente en las entrevistas cara a cara. De tal modo que este proceso, tan importante por otra parte, depende casi en exclusiva de la improvisación del tutor, de su carácter y habilidad para las relaciones interpersonales. Por todo ello, una gran mayoría de los maestros en activo manifiestan abiertamente que la relación con las familias es lo menos satisfactorio de su trabajo, fuente de numerosos sinsabores, disgustos y, en ocasiones, incluso, enfrentamientos manifiestos. 

Empiezo aquí una serie de tres entradas en las que desarrollaré por partes cómo afrontar esta parte de nuestra tarea educativa. El objetivo de esta primera entrada es compartir con vosotros cómo me preparo yo para esta actividad, fruto de una experiencia de catorce años como tutor en educación primaria, y de la reflexión previa a la redacción de este post, la cual me ha llevado a tomar consciencia de cómo yo  mismo he ido evolucionando en el proceso de afrontar este reto. Así pues, me permito el atrevimiento de dejar por escrito aquí una serie de recomendaciones que pueden ayudar a mejorar la realización de estas entrevistas individuales con las familias, aunque, seguramente, si eres tutor y ya llevas muchos cursos con ellas, no lo necesitarás.

PREVIAMENTE A LA ENTREVISTA:
Es muy importante quién convoca la reunión. Si se trata del tutor facilita más la preparación de la misma, porque tú ya sabes qué temas quieres tratar y, por tanto, el margen para recopilar la información necesaria es más amplio. Pero también, de vez en cuando, son las propias familias las que solicitan una reunión con el tutor. Normalmente suelen hacerlo con carácter de urgencia y sin especificar el tema, por lo que el riesgo de no poder ofrecer todas las respuestas a sus demandas es mayor. En este segundo caso, recomiendo que se trate de averiguar cuál es el motivo por el que solicitan esa entrevista, y si se consigue, intentar conseguir los datos necesarios para satisfacer la inquietud de los padres.

En el primer caso, es decir, si somos nosotros quiénes hemos solicitado la entrevista, deberíamos tener muy claro y determinar cuál es el objetivo principal de esta reunión. De esta forma, podemos recopilar y aportar toda la información que queramos transmitir. En esta primera fase, podría ser muy conveniente elaborar un pequeño guión con todo aquello que queremos tratar, de forma que no se olvide nada y podamos reconducir la conversación hacia los aspectos que hemos determinado, en el momento en que la misma se desvíe del tema principal (cosa que, inevitablemente, suele ocurrir en todas las reuniones). Algunos de los puntos que puede contener este guión son:
a) Actitud que manifiesta el alumno en casa
b) Actitud que muestra en el colegio
c) Ocupación del tiempo libre
d) Planificación del estudio
e) Hábitos de trabajo
f) Responsabilidad y realización de tareas
g) Relación con los compañeros y convivencia
h) Ambiente familiar
i) Resultados académicos
j) Higiene
k) Material escolar y cuidado del mismo
l) Características evolutivas
m) Orientación escolar (optativas, ayudas externas...)
n) Otros

En mi caso, empiezo siempre todas las entrevistas preguntando a los familiares si el alumno viene a gusto a clase, qué les cuenta en casa... Creo que saber esto es fundamental, porque puede ser la clave para entender el resto de puntos que hablemos. Además, es una buena forma de darles a ellos el protagonismo en la entrevista. Indirectamente, les lanzas el mensaje de que han venido para hablar y yo estoy aquí para escucharles y dar respuesta a sus necesidades.

Obviamente, no es preciso que se toquen todos los temas. Dependerá de las necesidades que queramos comunicar a las familias deberemos elegir entre todo este "catálogo" de posibles temas. También hemos de tener muy presente el tiempo del que disponemos para la realización de la entrevista, e intentar no sobrecargar la reunión con un montón de información que luego no seríamos capaces de procesar.

Otro aspecto que tenemos que valorar en este momento, es la conveniencia o no de que el alumno esté presente en la entrevista. En función de los temas que queramos tratar, de la confidencialidad que queramos tener y del grado de implicación que pretendamos obtener por parte suya, puede sernos muy útil tenerle delante mientras hablamos con sus padres. En ese caso, sería positivo que no se posicione como un mero oyente, sino que pueda participar en la conversación, aportar sus puntos de vista y opiniones...

Un último aspecto muy importante en esta fase de planificación sería decidir si tenemos que entregar algún tipo de documentación a las familias, de tal forma que la tengamos preparada y revisada con la suficiente antelación.

En la próxima entrada, la cual publicaré en breve, desarrollaré una serie de propuestas para llevar a cabo durante la entrevista. Espero que esta primera entrada os haya sido útil y, por lo menos, sirva para promover la autoreflexión.

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